Te das cuenta de que te haces mayor cuando cierran o traspasan alguno de los bares que han “copado” tu vida. Lo fueron Deza y La Bodega en su día en mi “Prospe” y ahora me ocurre con 5 Sentidos. Es la primera vez que dedicó un texto a un bar, pero creo que la ocasión lo merece.
Me acercó al restaurante la casualidad o mejor dicho la envolvente afición al baloncesto de mi amigo Felipe, al que conocí gracias a este blog. Aterrizamos una noche, con bastante cautela, en una de las luego famosas “friki-cenas”. Me espanta la palabra friki, pero lo paso bomba en las cenas entre amigos y familiares. El sitio, pequeñito, aparentemente no tenía nada de extraordinario, no llamaba excesivamente la atención. Error. En cuanto asomé por la puerta supe que me iba a gustar. Iñigo nos recibió protocolario con su habitual amabilidad y nos presentó al resto de los comensales. Al momento no recordaba ni uno sólo de los nombres, pero me encontraba la mar de a gusto. Una cerveza y las primeras conversaciones sobre la actualidad cestística dieron paso al coqueto salón. Con el primer invitado que compartí mesa y mantel fue Pepu Hernández. Enseguida nos enganchó su verbo fácil y su proverbial memoria para repasar grandes momentos en Estudiantes y en el equipo nacional. Esa velada la disfrutamos todos a través del entrenador que nos había hecho campeones del mundo.
Cada mes el grupo aguardaba con impaciencia el anuncio que hacía Iñigo de los nuevos invitados. Así aparecieron para alegría de la parroquia entre otros Chechu Biriukov o Nacho Azofra a los que había entrevistado para el blog, Alfonso Reyes, José Luis Llorente, Pablo Martínez, Quique Villalobos, Jota Cuspinera, Julián Aranda, Ferrán López, Joe Arlauckas… Todos tuvieron su punto, unos más extrovertidos, otros más entretenidos, pero todos nos recreaban sus carreras y afrontaban las curiosas preguntas. Creo que ninguno se sintió incómodo y gozaron de las deliciosas viandas y de la charla. Quizá la palma se la llevó el legendario Lolo Sainz, al que la tremenda demanda le hizo acudir dos noches. Yo fui a la primera y en la barra vencí mi timidez inicial preguntándole, a sabiendas, si había entrenado en el colegio Claret. Su sonrisa lo devolvió a sus inicios como técnico. Nos ganó a todos con su simpatía, campechanía y su magnífica retentiva. Ocho décadas qué bien llevadas. Un mito de carne y hueso.
Además del desfile de jugadores, entrenadores, y árbitros (me dio coraje perderme por razones de salud las tertulias con algunos de ellos, Willy Villar, Mateo Ramos, Edgar Vicedo, Iñaki De Miguel, Piti Hurtado, Andrés Miso, Javi Cabrerizo, Óscar Carretero, Charly Sainz de Aja, Salva Guardia, Delfín Ramiro…) también nos visitaron periodistas del ramo y disfruté de las conversaciones igual o más. Cuando vino mi admirado Antonio Rodríguez, le pedí a Iñigo que me dejara sentarme a su lado (quería consultar la enciclopedia de primera mano). Ese día Lucas Sáez le dio un maravilloso y sosegado contrapunto. Carlos Sánchez Blas y Pilar Casado me imantaron aún más hacia mi vocación frustrada, Chema De Lucas regaló a helados e hizo gala de su excelso conocimiento de equipos, jugadores y mercados (la primicia de Mirotic fue un pelotazo) y supe que Ignacio Ojeda era el hijo del histórico Enrique de As y pensé que le aguardaba un buen futuro. En la fiesta de primer aniversario le declaré mi admiración al mejor narrador de baloncesto que yo haya visto, Fran Fermoso. Un crack. Otro descubrimiento fue el singular Rafa Muntion. Venía de retransmitir un partido en DAZN y lo pasamos genial. Un fenómeno con muchos tiros pegaos. Estuvo con el abrigo puesto porque se marchaba igual dos horas… Se le ocurrió invitar a una ronda cuando casi estaba en la puerta y fue su perdición... Vino con Gerard Solé, ya establecido como otro de los grandes cronistas de la actualidad. Al gran José Manuel Puertas (brutal su Tirando a Fallar semanal) nunca pude pillarle in situ, pero me deleitó su palique a través del chat. Tampoco coincidí con Santi Escribano, Pablo Malo de Molina o Enrique Corbella.
Normalmente las sesiones eran los jueves por la noche. A la mañana siguiente tocaba remar en el curro, pero sarna con gusto no pica y esos ratos son impagables. Hubo sus piques entre y madridistas y estudiantiles, sin llegar nunca la sangre al río. Hubo algunas confidencias de nuestros ilustres tertulianos, pero jamás nada salió de la cripta. Lo que se hablaba en 5 Sentidos, quedaba en 5 Sentidos.
Y en esto llegó la pandemia y lo paró todo. Y a Iñigo se le ocurrió una idea… Y si hacíamos las charlas una vez a la semana a través de Zoom… Y funcionó, vaya si funcionó. Por nuestras pantallas lucieron Beirán, Pablo Aguilar, Sebas Saiz, Luis Güil, Fernando Calero, Javi Zamora, Paco Redondo, Manuel Peña, Pep Cargol, Rodrigo San Miguel, Porfirio Fisac, Carlos Santos, David Sardinero, Pedro Martínez, Moncho Fernández (todavía se escuchan las carcajadas con su acojonante imitación de su paisano David Vidal), Txus Vidorreta (había tenido el privilegio de tomar una cerveza con él después de su partido frente al Estu y tiene todo el baloncesto en la cabeza), Sito Alonso, Ponsarnau, Tomás Jofresa, Mike Hansen, Jordi Martí, Berni Rodríguez, Dani Gómez (scouting de los Suns que nos destripó muchos de los entresijos de las franquicias profesionales) o Raúl López (menos mal que era tímido y que no le gustaban mucho estas cosas porque estuvo 3 horas y se echó unas risas como si tuviera delante a Leo Harlem). Había semanas que coincidían dos reuniones y, si caía en finde, la cosa se alargaba hasta las tantas. Vamos que el que no pasaba por 5 Sentidos, casi que como que no pintaba nada en el panorama del baloncesto nacional.
Y así Iñigo nos tuvo entretenidos cual flautista de Hamelín durante el dichoso Covid sobreponiéndose a unas circunstancias profesionales y personales muy duras. A mí desde luego me dio un ejemplo de positivismo y superación. Olé por tus dos pelotas de basket, tío. No tendremos días para agradecértelo bastante.
De la tropa de frikis no mencionaré nombres para no olvidar a nadie, pero como el Dream Team el equipo me saldría de carrerilla.
Ahora que parece que vamos volviendo a la normalidad, nuestra parejita preferida. Iñigo y Laura, han decidido hacer un parón y dedicarse a otros proyectos. GRACIAS porque durante un tiempo hicisteis del 5 Sentidos El Sitio de mi (nuestro) Recreo (que cantaba Antonio). Que os vaya bonito porque os lo merecéis, por currantes y por buena gente. No os podéis esconder porque os seguiremos allá donde vayáis. Hasta luego guapos.